Editorial:
Océano Grupo Editorial
2004
Nº páginas: 364
La Mujer del Cartógrafo
Robert Whitaker
Resumen:
En 1735 llegaba a Cartagena de Indias una expedición de científicos franceses y españoles, entre los que se encontraba Jorge Juan. Su misión era resolver la gran incógnita de la época: ¿ cuáles eran las dimensiones exactas de la tierra? Los mienbros de esta misión nunca imaginaron las increíbles aventuras que les esperaban en el Nuevo Mundo…Jean Godin, el benjamín de la expedición, tampoco imaginó que en Quito encontraría a su futura esposa, Isabel Gramesón. Los recién casados se instalaron en Riobamba, pero el destino no jugó a su favor…
Isabel Grameson Pardo había nacido en Riobamba (Ecuador), durante el siglo XVIII, cuando todavía las tierras americanas formaban parte de la corona española. Era hija de un alto funcionario de la Administración criolla, Pedro Manuel Grameson, y de Josefa Pardo y Figueroa. Isabel, también llamada Isabela, recibió una educación esmerada y aprendió a hablar francés y quechua.
Cuando la expedición hispanofrancesa de La Condamine y Luis Godín, en la que iban Jorge Juan y Antonio de Ulloa, llega a Ecuador, el cartógrafo Jean Godin, que también iba con ellos, conoce a Isabel y contraen matrimonio en 1741; los esposos Godín Grameson tuvieron varios hijos que murieron a temprana edad.
Jean Godín, el marido de Isabel, había decidido regresar a Francia para arreglar asuntos de familia, y para ello siguió la ruta del Amazonas que utilizaron La Condamine y Pedro Vicente Maldonado. Pasó largo tiempo sin que Isabel recibiera noticias de su esposo. Sin embargo, habían llegado a Riobamba los rumores de que Jean vivía y estaba todavía en América. Entonces, uno de los esclavos de la familia paterna de Isabela, Joaquín, se trasladó a la zona de la selva que les habían señalado, en busca de noticias. Al cabo de más de dos años regresó con la información de que estaba vivo.
Isabel decide entonces ir en busca de su marido con parte de su familia y algún acompañante más. La travesía comenzó desde Riobamba, en octubre de 1769, y cuando llegan a Canelos empiezan una serie de peripecias, angustia y dolor. Debido a una peste fallecen sus hermanos y su sobrino.
Las criadas se escapan, e Isabel se internó sola y desesperada en la selva, donde estuvo vagando durante muchos días; logró aproximarse al río y observó que dos indios se disponían a tomar una canoa, pidió ayuda y fue transportada hasta Andoas. El cura del pueblo le ayudó a conseguir una canoa y avanzar hasta La Laguna. Restablecida de sus achaques, prosiguió su odisea hasta que encontró en Tabatinga el barco portugués que le aguardaba. El viaje entonces se volvió más tranquilo y el barco llegó a la bahía de Oyapok, en julio de 1770, y la pareja, a los 21 años de separación, se volvió a encontrar.
Atravesaron el Atlántico y llegaron a Francia para establecerse en la pequeña ciudad de Saint Amand Montrond, en el departamento de Berry, aquí vivieron cerca de 20 años. Primero falleció el padre de Isabel, y los esposos Godín Grameson acabaron sus días durante el año 1792, el primero en marzo y ella el 27 de septiembre.
Otra obra que relata estas peripecias: